Vislumbro tu silueta, que se acentúa en el reflejo del cristal
De allí puedo contemplar y a la vez deleitarme de tu belleza que se acompaña con el dulce aroma de tu piel…
Cierro los ojos, por un momento me traslado de este mundo a un lugar donde solo estamos los dos, sin miradas osadas que interfieran en nuestro encuentro, ni limitados por las leyes de la naturaleza…
Lentamente desnudo tu cuerpo, puedo sentir como los latidos de mi corazón aumenta con tal fuerza que no sé, si el pecho pueda resistir.
Siento vergüenza por todo esto que estamos viviendo, es inevitable. Dejo la vergüenza a un lado, la ignoro, me concentro en la suavidad de tu piel que me hace dudar si el momento es real, lo que me da seguridad es el calor que se transmite a cada rincón de mi cuerpo a través de las venas, calor que funde mi alma.
Hey!... a donde vas?
Ha vuelto a pasar, llego a su destino…
Pronto llegare al mió, lastima no supe su nombre
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